La Bibliotecaria de Auschwitz

No suelo leer este tipo de obras porque suelo acabar llorando de impotencia ante lo que un degenerado fue capaz de hacer. Sin embargo, a veces me obligo a mí misma a leer estas novelas porque considero que es importante recordar lo que ocurrió, que es necesario no olvidar las páginas negras de nuestra historia.

Desde Si esto es un hombre de Primo Levi, no he vuelto a leer nada de este tema y pensé que ya había llegado el momento de volver a intentarlo, recogí todas las fuerzas necesarias, fortalecí mi corazón y me preparé para leer un libro que sabía que iba a ser duro.

Por lo que he estudiado, conocía un poco la historia de Dita Krauss, la niña de 14 años que se atrevió a desafiar a los nazis, ayudando a mantener la esperanza en mucha gente de que un futuro mejor podría llegar.

"Buenos días. Soy Edita Adlerova. Tenemos una biblioteca de ocho libros en papel y media docena de libros vivientes."

Muchos piensan que fue un riesgo inútil el que corrió Dita, que no vale la pena esconder pequeños tesoros prohibidos que no te dan de comer y que solo pueden valerte un pasaporte directo a la cámara de gas. Pero yo creo que cuando ya no te queda nada, ni tan siquiera fuerzas para seguir luchando, cuando la esperanza te ha abandonado, lo único que te queda es tu cultura, intentar luchar contra la ignorancia, aprender y seguir creciendo, viviendo el día a día, pues si eso te lo quitan, entonces ellos habrán ganado. Y en este caso no lo consiguieron. No pudieron con Dita y su pequeña biblioteca, que alimentó las esperanzas de muchos, aunque fuera por poco tiempo. Pero durante ese tiempo fueron felices, y durante ese pequeño tiempo ganaron. Fueron más fuertes que ellos. Y no se dejaron vencer.

"A lo largo de la historia, todos los dictadores, tiranos y represores, fuesen arios, negros, orientales, árabes, eslavos o de cualquier color de piel, defendieran la revolución popular, los privilegios de las clases patricias, el mandato de Dios o la disciplina sumaria de los militares, fuera cual fuese su ideología, todos ellos han tenido algo en común: siempre han perseguido con saña los libros. Son muy peligrosos, hacen pensar"

Siempre hay que estar preparado para la lectura de este tipo de novelas. Son duras. Son duras porque sabes que lo que estás leyendo es real, que sucedió, que esas vidas existieron, y se vieron obligadas a vivir lo peor que una persona pueda imaginar. Se vieron sometidas a un gran sufrimiento sin poder hacer nada para evitarlo.

Yo leí toda la novela presa de un horror que no hacía más que apoderarse de mí. No os voy a engañar. Lo pasé mal. En las últimas páginas sufrí muchísimo, y cada pocas líneas tenía que detenerme porque mis lágrimas me impedían ver las palabras. Lo pasé mal al pensar lo que sufrieron miles y miles de personas. Y sin embargo, seguí leyendo. Porque (aunque ella en la vida real diga que no lo es), Dita Krauss fue una auténtica heroína, y en la novela ella te transmite el coraje necesario para seguir leyendo su historia.

Esta novela es de una lectura obligada. Porque dentro de todo ese sufrimiento, se vuelve a ver la luz al final del túnel. Aunque sea un novela dura hay que leerla.

Porque hay cosas que no merecen ser olvidadas. Porque hay hechos que no deben perderse en las páginas de nuestra historia. Porque muchas personas vieron truncados sus sueños de ser felices, de tener una infancia, de tener una vida. Porque injustamente les privaron de todos sus derechos como ciudadanos del mundo. Porque no se merecen que olvidemos lo que les ocurrió. Sus vidas y su desgraciadamente corta existencia por este mundo, merecen ser recordadas. Porque no se puede caer en los mismos errores. Porque esa gente se merecen la vida que no pudieron tener, y como no podemos devolvérsela, por lo menos, se merecen que les recordemos.

Aliena