El Silmarillion

Hace mucho tiempo (con el estreno de las películas para que engañarnos), intenté leer El Señor de los Anillos. Quizá no estaba preparada, quizá era muy niña para esa novela. No se el motivo, pero nunca fui capaz de escapar junto a Frodo y sus amigos de La Comarca y abandoné la literatura de Tolkien durante mucho tiempo (tal vez demasiado).

Sin embargo, muchos años después, acabó en mis manos una pequeña aventura protagonizada por un familiar de Frodo, y decidí que era hora de abandonar los prejuicios que tenía hacia Tolkien y su obra y darle una segunda oportunidad.

Esta vez acompañé a Bilbo y sus compañeros de aventuras hasta el final de su viaje pasando por los mismos estados que ellos: la emoción de emprender un viaje, la duda de si serían capaces de acabar con vida, el miedo a que todo acabase... Y con esta pequeña gran novela he vuelto a creer en Tolkien y su legado literario.

Sin embargo, hoy no voy a hablar de El Hobbit. Sino de El Silmarillion, que ha sido mi objetivo de Enero, en uno de los retos en los que participo. Tengo que reconocer que esta es la novela que menos tiempo ha estado en mi lista de pendientes, pero tras leer El Hobbit, necesitaba cerciorarme de que Tolkien me gustaba, de que no había sido algo momentáneo causado por una sola novela, y así me aventuré con El Silmarillion.

Desde que tengo uso de razón, la gente me ha hablado de esta obra, pero nunca me había decidido a leerla. Hasta que conocí a mi novio, el cual en incontables ocasiones me ha hablado de esta novela y de las maravillosas historias que alberga en su interior. La fascinación y el cariño con el que hablaba del libro hizo que lo quisiera leer. En reyes, cayó en mi manos, y de esa manera empecé, arropada por el calor de mi manta mientras la lluvia golpeaba en mi ventana, un viaje a una tierra desconocida y repleta de magia, aventuras y luchas de poder.

El Silmarillion cuenta la historia de la Primera Edad, el antiguo drama del que hablan los personajes de El Señor de los Anillos, y en cuyos acontecimientos algunos de ellos tomaron parte, como Elrond y Galadriel... Una obra de auténtica imaginación, una visión inspirada, legendaria o mítica, del interminable conflicto entre el deseo de poder y la capacidad de crear.

Todo tiene un principio. Tolkien nos narra el origen de la Tierra Media y todas las luchas que han existido en esa tierra desde la creación del mundo (que es absolutamente mágica) hasta llegar a la época en la que se desarrolla El Señor de los Anillos.

El libro es muy (extremadamente) complicado. Muchos personajes, muchas historias. Esto es un problema para mucha gente que lee la novela, pero para mí, resulta una manera increíblemente realista para logar describir un mundo inventado. Hace partícipe al lector de una infinidad de detalles que consiguen crearnos la sensación de que ese mundo existe realmente, y es que, al fin y al cabo, durante unas horas, ese es todo nuestro mundo.

Al final creo que me he hecho una gran seguidora de Tolkien, y esos libros que pensé que nunca más volvería a coger, se han convertido en uno de mis objetivos a corto plazo.

No lo dudéis y leed El Silmarillion, ya que en sus páginas se esconden fabulosas historias que merecen ser contadas, leídas y escuchadas; historias de amor, de venganza, de odios entre semejantes, y pos supuesto, la eterna lucha del bien contra el mal.

Aliena