El Señor de los Anillos I. La Comunidad del Anillo

Por fin conseguí leer una de mis grandes asignaturas pendientes. El Señor de los Anillos. Mi primera experiencia con este libro fue cuando se estrenaron las películas, allá por el año 2001. Y bueno... me aburrí de una manera increíble, y a las pocas páginas (creo que nunca llegué a escapar junto con Frodo de La Comarca) abandoné esa gran aventura porque aún no era para mí. Tendría que esperar unos años más, antes de llegar a enamorarme de ella. 

En la adormecida e idílica Comarca, un joven hobbit recibe un encargo: custodiar el Anillo Único y emprender el viaje para su destrucción en las Grietas del Destino. Acompañado por magos, hombres, elfos y enanos, atravesará la Tierra Media y se internará en la sombras de Mordor, perseguido siempre por las huestes de Sauron, el Señor Oscuro, dispuesto a recuperar su creación para establecer el dominio definitivo del Mal.

Debo de confesar que tengo un poco de miedo. No sé muy bien cómo enfrentarme a esta reseña, como expresar en unas pocas palabras lo maravillosa que es.

Como ya he dicho, he pasado de odiar esta historia (las películas sigo sin soportarlas lo más mínimo, en eso no he cambiado) a amarla. Amar sus personajes, sus vidas, sus historias, su bondad, sus miedos... Todo. 

Cuando me decidí a leer el libro muchas personas me decían que la novela tenía partes que son pesadas, que cuestan un poco de leer, pero ¿sabéis lo que os digo? No se me ha hecho pesada en ningún momento. Ninguna página me ha resultado aburrida, todo lo contrario. No podía dejar de leer, y mi miedo al no saber lo que el destino les tiene preparado a nuestros personajes crecía poco a poco, avanzando junto a ellos, a pasos pequeños pero constantes, sin parar ni un solo segundo. Afortunadamente las películas no me gustaron nada y sólo las he visto una vez (algunas ni siquiera enteras pues me aburrieron sobre manera) y las tengo totalmente arrinconadas en el olvido, por lo que puedo leer esta historia como se merece: sin saber lo que va a ocurrir, o qué personajes se van a quedar en el camino.

Una novela llena de aventuras, momentos divertidos y otros que no lo son tanto. También podremos encontrar algunos momentos en los que pasamos un poco de miedo (sí sí a este libro no le falta de nada). Me refiero a la trama que transcurre en Las Minas de Moria. Yo lo pasé un poco mal... esos tambores que se oyen en la lejanía... En fin, los que lo hayáis leído sabéis a que me refiero. 

La descripción de todos y cada uno de los personajes es sorprendentemente clara y concisa. Hasta el punto de que llegamos a conocer a la perfección a todos ellos, lo que nos permite creer en ellos, creer que durante unas horas son reales, que esta tierra realmente existe, que vivimos rodeados de Elfos, Enanos, Magos, Orcos... y todas las criaturas que nos podamos imaginar. Ya lo dije cuando hablé de El Silmarillion, pero me sigue sorprendiendo la gran riqueza en detalles que tiene el maravilloso mundo que Tolkien se inventó para que nosotros podamos disfrutarlo aún muchos años después. 

Aliena